Versión Tik Tok
El caso de Wendy Guevara, la mujer trans que ganó el reality show La Casa de los Famosos México, ha generado una gran polémica en los medios de comunicación y las redes sociales. Algunos la han celebrado como un ejemplo de superación y visibilidad, mientras que otros la han atacado por su pasado, su personalidad o su forma de expresarse. ¿Qué hay detrás de estas reacciones? ¿Qué nos revelan sobre el abordaje cissexista de los medios y la sociedad hacia las personas trans?
En este artículo, quiero ofrecer una perspectiva crítica desde los estudios trans, en particular el trabajo, conceptos y recomendaciones de Blas Radi sobre el consumo responsable de la información de personas trans en su ensayo “Serás activista trans o… serás activista trans: sobre el consumo responsable de información”¹, así como los trabajos de Miranda Fricker sobre la injusticia epistémica² y el “Dossier: El sesgo cissexista como origen de injusticias”³. Mi objetivo es cuestionar lo injusto y la doble moral que existe detrás de la exigencia a Wendy Guevara de representar el papel de la “buena activista trans”, como ya lo ha señalado Blas Radi en el artículo señalado.
Para empezar, ¿qué es el cissexismo? El cissexismo se basa en la suposición de que todas las personas se identifican con el género que se les asignó al nacer, y que cualquier desviación de esa norma es anormal, patológica o inmoral, por lo tanto sus trayectorias de vida, experiencias y saberes son consideradas menos legitimas, auténticas , verdaderas o naturales. El cissexismo es el caldo de cultivo de la Transfobia que se manifiesta de muchas formas, desde la violencia física y verbal hasta la negación de derechos y oportunidades. Una forma más sutil pero no menos dañina es la injusticia epistémica, es decir, la desvalorización o el desconocimiento de los saberes y las experiencia de las personas trans.
La injusticia epistémica puede adoptar dos formas principales: la injusticia testimonial y la injusticia hermenéutica. La primera ocurre cuando se ignora o se cuestiona la credibilidad de una persona trans por pertenecer a ese grupo social. La segunda ocurre cuando se dificulta o se impide que una persona trans comprenda o comunique su propia experiencia por falta de recursos conceptuales o interpretativos. Ambas formas de injusticia epistémica contribuyen a silenciar, invisibilizar y estigmatizar a las personas trans, así como a reproducir estereotipos y prejuicios sobre ellas.
¿Cómo se ha ejercido la injusticia epistémica contra Wendy Guevara? Un ejemplo claro es la forma en que algunos medios de comunicación y comentaristas han tratado su historia personal, enfocándose en aspectos morbosos, sensacionalistas o despectivos. Se ha hecho hincapié en su pasado como trabajadora sexual, su relación con las drogas, su conflicto familiar o su supuesta falta de educación. Se ha cuestionado su identidad como mujer trans, llamándola por su nombre asignado al nacer o usando pronombres masculinos. Se ha minimizado su triunfo en el reality show, atribuyéndolo a una estrategia comercial o a una manipulación mediática. Se ha ignorado o tergiversado su testimonio sobre sus vivencias, sus sueños y sus luchas.
Todo esto revela un sesgo cissexista que busca deslegitimar a Wendy Guevara, como sucede con las poblaciones trans principalmente trabajadoras sexuales, racializadas o precarizadas, se le niega el reconocimiento y el respeto que merece como persona trans, como mujer y como artista. Se le exige que cumpla con unos estándares de comportamiento, expresión y apariencia que no se le piden a otras personas cisgénero. Se le impone un rol de víctima o de heroína que no refleja la complejidad y diversidad de su experiencia. Se le demanda que sea una representante ejemplar de toda la comunidad trans, sin tener en cuenta sus propias necesidades, deseos y opiniones.
¿Qué podemos hacer para evitar caer en estas formas de injusticia epistémica? Blas Radi nos propone algunas pautas para un consumo responsable de la información de personas trans. Entre ellas están: informarnos sobre los conceptos básicos relacionados con las identidades trans; escuchar activamente y con empatía los relatos y las demandas de las personas trans; contrastar las fuentes y verificar la veracidad de los datos; evitar el sensacionalismo, el morbo y el amarillismo; respetar la privacidad, la intimidad y la dignidad de las personas trans; reconocer la diversidad y la pluralidad de las experiencias de vida trans; y apoyar las iniciativas y los proyectos de las personas trans.
Siguiendo estas pautas, podremos contribuir a una sociedad más justa, inclusiva y democrática, donde las personas trans puedan vivir libremente y sin discriminación. Podremos también aprender de sus saberes, sus experiencias y sus aportes a la cultura, el arte y la política. Podremos, en definitiva, relacionarnos más como pares.
Rebeca Garza