El “sexilio” es un término que ha cobrado visibilidad para describir un fenómeno doloroso y urgente: la migración forzada de personas LGBTIQ+ que huyen de sus países de origen debido a la violencia, el hostigamiento y la discriminación por su orientación sexual o identidad de género. En la República Dominicana, aunque no se hable abiertamente de altas tasas de migración por estos motivos, la realidad es que muchas personas de la comunidad LGBTIQ+ han tenido que partir para buscar un lugar donde se les garantice vivir en paz y libertad.
Las Raíces de una Migración Forzada
Este tipo de migración no es una decisión voluntaria, sino una consecuencia directa de las condiciones sociales y políticas que impiden a las personas vivir con dignidad en su propio país. Las personas trans y LGBTIQ+ se ven obligadas a dejar sus hogares por:
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Violencia y hostigamiento: En la República Dominicana, la discriminación se manifiesta en los entornos más cercanos. Las familias a menudo rechazan, agreden o amenazan a sus integrantes, mientras que en las calles y escuelas, el acoso es una realidad constante.
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Falta de protección estatal: La ausencia de leyes que penalicen específicamente los crímenes de odio basados en la orientación sexual o identidad de género deja a la comunidad en un estado de indefensión legal. El Estado no ha garantizado los derechos necesarios, lo que perpetúa la impunidad y hace que las personas de la comunidad sean blancos fáciles para la violencia.
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Censura y persecución: La falta de políticas públicas que promuevan la igualdad y el reconocimiento, sumada a la persecución del activismo, obliga a muchos a buscar refugio donde puedan expresarse libremente y luchar por sus derechos sin miedo.
Vulnerabilidad en el Camino, Resiliencia en la Comunidad
La decisión de migrar se convierte en una de tres alternativas posibles para quienes enfrentan esta violencia sistémica: huir y solicitar asilo, ocultar por completo su identidad (algo casi imposible para muchas personas trans) o, trágicamente, el suicidio.
Sin embargo, el viaje no está exento de peligros. Durante el tránsito, los migrantes trans y LGBTIQ+ enfrentan una combinación de homofobia, transfobia y xenofobia. Son especialmente vulnerables a la violencia, la explotación y la discriminación, incluso en los refugios. A pesar de estas adversidades, emerge una poderosa red de solidaridad y resiliencia. En las comunidades de acogida, los migrantes trans y LGBTIQ+ a menudo encuentran refugio y apoyo en espacios activistas y albergues creados por y para la comunidad. En estos lugares, no solo encuentran seguridad, sino también una familia elegida que les brinda el cariño y la aceptación que se les negó en sus países de origen. Es en estos espacios donde, a menudo, comienzan a vivir su identidad con una libertad que antes era impensable, fortaleciéndose a través de sus propias redes colectivas.
Un Llamado a la Visibilidad y un Mensaje de TRANSSA
Aunque el fenómeno del “sexilio” no siempre se visibiliza en las estadísticas oficiales de la República Dominicana, su impacto es real y profundo. La sociedad debe reconocer que la falta de derechos en nuestro país empuja a muchas personas a un exilio forzado. Es nuestra responsabilidad exigir políticas que garanticen que nadie tenga que elegir entre su identidad y su vida.
Si has migrado o estás pensando en hacerlo para poder ser tú, desde TRANSSA queremos enviarte un mensaje: tu viaje es un acto de valentía y resistencia. Tu búsqueda de un futuro en el que puedas ser quien eres es legítima y válida. La comunidad te espera con los brazos abiertos. Siempre habrá un lugar para ti donde tu identidad es celebrada, no tolerada.